El año 1972 fue para mí de gran actividad política y realizaciones, rememora Schindler.
Después de la investigación en Lota, conversé con Emilio Morales y Alfredo Lyon una idea que tenía dando vueltas en mi cabeza y que era la posible instalación de una Farmacia de Urgencia en un barrio popular de Concepción; y que fuera estatal, es decir, del Servicio Nacional de Salud, el SNS. Formamos un comité integrado por el profesor Luis Vargas Cáceres, decano de la escuela de Química y Farmacia de la Universidad de Concepción; Irma Alarcón, jefa de farmacias de la dirección zonal del SNS; Gilberto Briones y yo. Lo primero que hicimos fue reunirnos con el doctor Jorge Peña, director zonal del SNS, y le expusimos nuestro proyecto. Recibimos de inmediato su apoyo y nos pidió que viajáramos a Santiago, a una reunión con el ministro de Salud, Arturo Jirón. Él haría los contactos y entregaría su opinión favorable a nuestra iniciativa.
En Santiago, lo primero fue constatar que no nos iba a recibir el ministro sino el subsecretario, el doctor Sergio Infante, quien se mostró reacio a la idea y a darnos su apoyo. Le insistimos en que queríamos una reunión con el ministro Jirón y lo presionamos tanto que al final cedió y nos dio el visto bueno. Hasta ese momento la única Farmacia de Urgencia que existía en Chile era la de la Posta Central, en calle Portugal, en la capital. Así, después de mucho dimes y diretes, fue autorizada nuestra propuesta y se proveyeron los fondos necesarios. Volvimos a Concepción satisfechos de lo que habíamos conseguido y nos pusimos en campaña para ubicar un local adecuado y que reuniera las condiciones necesarias. Lo encontramos en calle Paicaví, en el Barrio Norte, donde funcionaba una farmacia pequeña que andaba al tres y al cuatro. Negociamos con la dueña y nos traspasó el local. El profesor Vargas se puso en campaña para ubicar a dos químicos farmacéuticos jóvenes, que estuvieran comprometidos con el gobierno popular. Encontramos a Vicente Muñoz, un muchacho socialista recién recibido y a otro farmacéutico, cuyo nombre no recuerdo. También elegimos al personal adecuado para atender la farmacia durante las 24 horas del día y de la noche, algo inédito en Concepción, y abastecida con los medicamentos del Formulario Nacional del Laboratorio Chile. Finalmente, la farmacia abrió sus puertas al público en julio de 1972 y cumplió el objetivo para la cual fue creada, dar atención a un barrio de la periferia de Concepción con atención especial y continuada. Eso duró hasta el día del golpe, cuando fue allanada buscando a supuestos extremistas. Vicente Muñoz fue detenido y lo llevaron al cuartel Borgoño, en Talcahuano, dependiente de la Armada. Cuando salió libre lo despedimos con un asado en Santiago. Se fue a Canadá y nunca más supe de él.
15 Noviembre 2015 a las 1:55 pm
Recuerdo muy bien el caso y a Vicente de quien fuí amiga. Fui a su matrimonio en Santa Juana de donde era su esposa . Fué duro e injusto para Vicente . Se fué desilusionado de Chile y los chilenos. Lo recuerdo con mucho cariño